Cuando lleguen los bárbaros

28.4.15



—Crece el hombre moderno torturado, señor Marco Aurelio.
—La vida de un hombre es lo que sus pensamientos hacen de ella.
—Pues en sus pensamientos se siente desdichado.
—Acuérdate en adelante, cada vez que algo te contriste, de recurrir a esta máxima: que la adversidad no es una desgracia, antes bien, el sufrirla con grandeza de ánimo es una dicha.
—Y cómo enfrentarse a ello.
—El mundo no es más que transformación, y la vida, opinión solamente.
—En su cabeza está el quererlo todo.
—Los deseos conducen a la permanente preocupación y decepción, ya que todo lo que se desea de este mundo es miserable y corrupto.
—Debería desprenderse de buena parte de ellos.
—Acuérdate también de esto siempre; para vivir felizmente basta con muy poco.
—Cómo debería comportarse.
—La perfección de las costumbres consiste en vivir cada día como si fuera el último.
—No hay que pensar que la vida es eterna.
—No desprecies la muerte, pero acéptala de buen agrado, porque forma parte de lo establecido.
—Y que objeto tiene vivir.
—El objeto de la vida no es estar en el lado de la mayoría, sino para escapar de encontrarse a sí mismo en las filas de los locos.
—Con qué arma.
—La dulzura, cuando es sincera, es una fuerza invencible.




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